Jaretsy Arizmendi Barrientos

Victoria Karolina Muñiz Martínez
febrero 29, 2024

Jaretsy Arizmendi Barrientos

“Las cicatrices de nuestro pasado son los testimonios de nuestra fortaleza y resistencia, que nuestra historia no sea solo un relato de nuestras batallas, sino también de nuestras victorias y logros”.

¡Hola! Soy Jare y esta es mi historia. Empecemos con una anécdota desde que era chiquita, muy chiquita. No recuerdo bien el momento exacto en el que todos los días terminando la escuela, llegaba a la casa, comía y mi pasatiempo favorito era grabarme bailando y cantando canciones de una serie de esos tiempos llamada EME15, no les miento, las sentía tanto que me dejaba llevar por el ritmo, cantaba a todo pulmón y más cuando la casa estaba sola y no había nadie quién me pudiera decir que parara de cantar. Me encantaba actuar lo que estaba cantado y exagerarlo al máximo, llenaba mi Tablet de todos esos mini conciertos que me daba a mi misma. Tanto que un día con mi abuelita, y hermanos se me ocurrió ponerme mis audífonos y empezar a gritar a todo pulmón las canciones de EME15, de hecho, hay un video super viejo que demuestra donde mis hermanos decían “ay, está ya va a cantar”.

Pasaba el tiempo y mis gustos musicales se volvieron raros, empecé a cantar canciones de Julión Álvarez a todo pulmón, no sabia lo que las letras significaban, pero yo como quiera hacía como si las sintiera. Fue cuando mi mamá me descubrió y lo que se le ocurrió fue empezarme a grabar mis cantos con su minicámara y subirlos a su Facebook, donde mil amigos que tenía mi mamá me venían cantando las famosas canciones de Julión. Después de mi pequeña etapa de Julión, mi mamá me grababa otro tipo de canciones, hasta en inglés, donde no sabía lo que estaba diciendo, pero como quiera las sentía, yo solo seguía el ritmo de la canción y si era uno triste, ponía mi cara de sufrimiento.

Me di cuenta de que una parte de mi se estaba interesando por el canto, hasta que decidieron meterme a una academia de música como a los 9 años, siendo una de las peores experiencias de mi vida. A las primeras dos clases, me habían invitado a “ver” un festival que tenia esa academia en una plaza comercial, fui toda emocionada con mis papás a ver a los demás chicos con más experiencia, cuando el maestro decidió subirme al escenario y decirme que empezara a cantar algo, estando chica, nunca habiendo subido a un escenario, mi primer ataque de pánico, muchas personas viéndome, esperando que cantara y el maestro diciéndome que no tenia todo mi tiempo. Después de ahí no volví a esas clases, no volví a querer una escuela de música ni mucho menos cantar en frente de un publico que te mira fijamente.

Pasaron los años y como la música era algo que no me soltaba, tomaba clases en youtube por mi cuenta. Hasta que un conocido mío y buen amigo se hizo mi maestro de canto y guitarra, ahora sí, mis primeras clases con él eran muy aprovechadoras y la manera en cómo enseñaba me abrió los ojos a ver que no era la música la que ya no quería tener en mi vida, si no a la persona que me había hecho sentir como si no sirviera para ella, me di cuenta de que muchas veces es la forma en cómo te enseñan lo que te desanima de eso que tanto quieres aprender.

Pasaron los meses de estas clases y mi nuevo maestro, siendo también un excelente productor, me invito a su estudio a grabar mi primer cover en un estudio profesional, esta, siendo una de las mejores experiencias y sensaciones que he tenido en mi vida. El estudio se volvió como un lugar seguro para mí, el ponerme los audífonos y escuchar solo el ritmo de la canción y mi voz en él, era lo que, a partir de ese momento, siempre quería escuchar. Así que les pedía a mis papás para poder grabar más canciones, ya que ir al estudio costaba alrededor de mil pesos, claro hubo tiempos en que no se podía, pero cuando se hacía, lo disfrutaba al máximo. Invitaba a amigos y hasta a mi papá a grabar una canción juntos, yo editaba los videos y los subía a mi Facebook para que esa experiencia se quedara grabada para siempre.

Después de estar en estas últimas clases que duré como dos años, en 2019, decidí meterme a un coro para niños y adolescentes en mi municipio, llamado Coristas de San Nicolás, lo que me forjo aún más como persona, dejando mis miedos atrás y empezando nuevas experiencias que me han ayudado a dejar el pánico escénico. En este coro dure cuatro años y estos estuvieron llenos de presentaciones, eventos, grabaciones en estudios aún más profesionales, oportunidades de cantar como solista, trabajo en equipo, disciplina y responsabilidad.

Con el coro y los increíbles profesores dentro de, me di cuenta de que el estar arriba de un escenario, transmitir lo que decía una canción no solo con mi voz si no también con mis expresiones, se sentía tan bien.

Los últimos años se volvieron un reto más grande, gracias a mi perseverancia en el coro, me invitaban a cantar yo sola en eventos representando al coro municipal, claro me daba miedo el sentir que mi voz no fuera tan buena, pero mi mamá siempre me decía que por algo mis maestros me escogían para esos grandes retos. Después de ahí me di cuenta de que tal vez ese era mi sueño, cantar en grandes escenarios, lanzarme como artista profesional, escribir y sacar mis propias canciones, pero para llegar a esa conclusión primero tenia que haber hecho pasos pequeños, empezar en conjunto, para descubrir hacia donde quería ir yo.

Y dentro de esos años decidí experimentar nuevas cosas, ir más allá de mis miedos, algo que me encanta son los musicales, lo que se puede lograr a transmitir, no solo una canción, si no una historia completa. De repente me llego una invitación para un musical de Harry Potter, con una empresa musical muy buena y reconocida. Con miedo y pensándolo mucho, me anime a audicionar, porque para mí, cada miedo que tenia era un si a hacerlo, era un si a retarme a mi misma y era un sí a nuevas oportunidades y nuevos pasos para llegar a eso que tanto anhelaba desde chiquita.

Llego el día, los nervios estaban al mil, llegaron alrededor de 40 personas, las audiciones ya estaban empezando y me tocaba ser la cuarta. Cuando pasaban todos se escuchaba desde afuerita del teatro sus interpretaciones, eran 3 áreas que podrías interpretar: canto, baile y actuación. Claro como yo solo sabía cantar y aunque me gustara bailar a mi propio ritmo, no tenia nade de experiencia. Porque la única experiencia que había experimentado esos años anteriores había sido el canto, lo cual creía que ya había sido suficiente.

Cuando pase yo, al caminar al escenario, sentía nervios enormes, pero algo extraño que me pasa es que cuando ya estoy parada en ese lugar, arriba, todos mis nervios se van. Cante una canción de un musical y para mi sorpresa, en la última frase, un gallote se me salió. No me sentía tan mal porque era mi primera vez audicionando y a pesar de todo, el sentimiento de haberlo intentado, para mi era más que suficiente. Salí del escenario y me felicitaron por mi voz, que era muy linda y suave, me siguieron alentando para que no me rinda y que había muchas formas de sacar este talento que tenía.

Para mi sorpresa, en esta audición nos pusieron una coreografía para un numero de baile grupal, que también valía para esa audición, lo cual me fue fatal, en mi vida había sudado tanto bailando e intentando hacerlo de una manera muy profesional. Los resultados estarían a partir de una semana, me acuerdo de que me mandaron la carta de que lo lamentaban que no quedará, pero que siguiera intentando si ese era mi sueño, básicamente que no me rindiera.

Fue lo que hice, no me rendí y seguí buscando más oportunidades por mi misma, pero de igual forma, seguía fallando. Pero dentro de esas fallas, reconocí algo muy importante, todas estas personas que quedaban dentro estaban llenas de experiencias, no solo de canto, sino clases de baile, actuación y demás. Me di cuenta que solamente tenia que seguir avanzando y descubrir realmente lo que quería, no solo enfocarme en una sola cosa, porque el explorar y experimentar más cosas, te hace abrir aún cada vez más, poco a poco, más puertas.

De igual forma seguía en el coro, y eso me ayudo mucho más a mejorar mis técnicas de canto e interpretación. Para no dejarlo así, decidí participar en mi iglesia en las pastorelas, en donde propuse poder cantar al final de estas como cierta practica para mis miedos y retos. Fue así como también en mi iglesia me conocieron por la que actúa y canta, y era algo que disfrutaba mucho hacer, poco a poco pasaba de ser esa niña seria que le daba miedo casi todo, a ser esa niña que se convierte al momento de subir a los escenarios, hablar y cantar con cientos de personas. A pesar de que yo quería dar pasos muy grandes, sabía que el camino correcto era dar pequeños pasos dentro de lo que estaba a mi alcance.

Estando en prepa, decidí participar en un concurso de canto e interpretación, para mi sorpresa, recibí una mención honorifica por parte de los jueces, no gane premio pero eso me ayudo a entender y reflexionar que el no haberme rendido y seguir con pequeños pasos, estaba dando resultados poco a poco. Con esto, decidí experimentar algo diferente y entre a formar parte del mariachi representativo de la preparatoria 7 Puentes. Aunque dure poco, pude aprender un poco de violín y cantar algunas canciones que me ayudaran a expandir mis estilos musicales, porque por ahí dicen que un artista canta de todo, y eso era lo que quería ser.

Poco a poco mis miedos se fueron haciendo pequeños, en la prepa también me conocían por mi voz, en el salón logre cantar y actuar como tres veces y fue de esas pequeñas cosas que te das cuenta que cada vez me sentía mas preparada para nuevos retos.

Abriendo un pequeño espacio en esta historia, las cosas muchas veces las hacia no queriéndolas hacer, en la etapa de 16 – 17 años, no era la mejor versión de mí misma, batallaba mucho con mi autoestima, la forma en la que me veía, cómo actuaba, mis estados de ánimo, básicamente todo lo que tuviera que ver conmigo. Y todo esto impactó en mis sueños y aspiraciones, la música me fue importando menos, ya no me gustaba lo que tanto me encantaba, sufría ataques de ansiedad por quien era y me iba perdiendo poco a poco. Pero al decir que las cosas las hacia aun cuando no quería, fue por mi mamá, básicamente me obligaba a ir a cantar a un lugar que me invitaran, a meterme a una nueva academia, y siendo sincera, agradezco que mi mamá fuera así, porque no quería que lo único que me apasionaba lo fuera dejando poco a poco.

Así que seguí intentando, en 2021 me metí a una academia por mi casa, aprendí el piano y mucho más el canto, mis técnicas empezaban a aumentar, mi voz agarraba más fuerza, aprendí a cantar con más potencia y aprendí a sentir verdaderamente lo que estaba cantando. También tuve la oportunidad de grabar en un estudio musical, y esa vez, después de mucho tiempo de no haber ido a uno, se sentía como la primera vez que grabé un cover, como un lugar seguro.

Después la academia empezó a crecer mucho más, tuvimos festivales, aprendí a armar un ensamble, hubo días en que mi voz sentía que no la daba, me desanimaba, pero cantaba de todos modos. Presenté mi primer cover tocando el piano y cantando a la vez, cante junto con mi ensamble, hice amigos y aliados. Lamentablemente, por cuestiones económicas me tuve que dar un tiempo y salirme de la academia. Reconocer que no estaba bien económicamente y que la música podría esperar un poco, pero sin dejar de practicar por mi propia cuenta.

Con todas estas experiencias seguí participando en concursos, me animé a escribir una canción y juntar a chavos de mi iglesia que en mi vida les había hablado y que ahora he permitido tener una muy bonita amistad con cada uno de ellos. Ensañamos un mes antes de la presentación, nadie sabía que íbamos a cantar en frente de tantas personas, tuvimos dificultades en el proceso, perdimos una semana antes a tres instrumentistas, en ese momento todo se me vino abajo, pensaba en abandonar este gran proyecto que tenia para Dios y por el cual mi papá me había motivado para utilizar mis talentos al servicio de Dios y de los demás. Pero sin embargo, decidí seguir, el ver la motivación y satisfacción de cada uno de ellos de poder crear una canción completa, con ritmo y letra, no podía decepcionarlos.

Conseguimos dos personas más antes de el concurso, pusimos la canción en manos de Dios, fuimos al santísimo, se la entregamos a él. No ganamos el concurso, pero si ganamos una experiencia inolvidable, grabar profesionalmente la canción, ganar amistades y una de las cosas inolvidables de este proyecto, darme la oportunidad por parte de un padre de viajar con su equipo a la Ciudad de México a la basílica de Guadalupe para cantar y decir las palabras de la Virgen María, como van los artistas cada año, justo en frente de ella.

Darme ese regalo a mí y a mi madre, pensar que si no hubiera hecho nada de ese proyecto por pensar que mi voz no era suficiente, no hubiera presentado esa experiencia de viajar y conocer partes que antes no conocía.

Con el tiempo, pensaba en estudiar música, de hecho, tuve una oportunidad por parte de mi preparatoria de poder estudiar producción musical en el Tecnológico de Monterrey, al saber eso, claramente que mis ojos brillaron como nunca, pero sabía que no iba ser tan fácil poder conseguir esa beca, más porque sabía que mis papás no estaban muy bien económicamente para poder pagarme esa carrera en el Tec.

Al final, tuve que hacer mucho proceso, ensayos, currículos, entrevistas, pero no logré pasar porque esa beca era muy demandada. Por un momento pensé en estudiar música en la UANL, pero no tenían la licenciatura de producción musical que yo quería, así que decidí irme por otra carrera que la pudiera complementar con mis otras aspiraciones y sueños.

Actualmente, estudio Turismo, pero ¿cómo se puede complementar con mi otra pasión?, además de la música, me encanta el hecho de poder tener oportunidades de viaje, conocer culturas, organizar eventos grandes, conciertos y festivales alrededor del mundo, es por eso por lo que decidí Turismo. Llevar la música por todo el mundo, y si se puede, mi música y yo como artista, organizar mis propios eventos y ser aliada de empresas de producción musical. A veces, mirar desde otra perspectiva tu pasión, te puede ayudar a en un futuro para poder obtener oportunidades mucho más grandes de las esperadas.

Por todas estas razones, me gustaría seguir formándome artísticamente en mi academia para después, expandir mis horizontes hacia experiencias en el extranjero, y tanto mi sueño artístico como viajar y conocer, se puedan hacer realidad.

Conoce más historias

marzo 1, 2024
Areli Sarai Martínez Rosas
Hola, mi nombre es Areli Sarai y tengo 20 años. Afortunadamente he pertenecido a esta cooperativa financiera desde hace 7 años y gracias a los impulsos de los principales valores que fomenta CSN, he logrado conseguir metas esenciales en el ámbito del estudio...